OBJETIVOS,
FUNCIONAMIENTO DE LA RED DE CIUDADES Y PUEBLOS
POR EL AGUA PÚBLICA DE LA COMUNIDAD DE MADRID (RAPM)
1. INTRODUCCIÓN
La Red de Ciudades y Pueblos por el Agua Pública
de la Comunidad de Madrid (RAPM) se concibe como
un espacio de coordinación y colaboración, con
funcionamiento horizontal, entre personas
pertenecientes a los movimientos sociales, los
partidos políticos, los ayuntamientos, los
sindicatos, las asociaciones vecinales, los
usuarios, las entidades académicas, culturales y
profesionales y ciudadanía en general que se
hayan adherido a la misma, con el fin de
compartir el conocimiento y fomentar el debate
sobre los problemas, las soluciones, las
experiencias e iniciativas relacionadas con el
ciclo urbano del agua y sus afecciones sociales,
culturales, económicas, técnicas y
medioambientales.
La RAPM se configura como una herramienta de
participación en la gestión democrática de los
servicios del ciclo integral que contribuya a la
resolución de los conflictos que inevitablemente
surgen cuando se gestiona un elemento
fundamental como es el agua, y como un
instrumento que facilite la propuesta de
acciones, incluso legislativas, encaminadas a
hacer efectivo el derecho humano al agua, el
control de la gestión del ciclo integral del
agua en términos sociales, ecológicos y
ambientales y la resolución de los problemas
municipales y supramunicipales.
A continuación se concreta una propuesta de
objetivos, membresía, estructura y modo de
iniciativa consensuada a presentar a la Asamblea
constituyente. Como Anexo, se incluye la
propuesta de funcionamiento de la RAPM, con el
ánimo de que sea debatida, revisada y llevada
como las líneas de actuación de la RAPM, que se
concretó en el primer Foro de la RAPM que tuvo
lugar en octubre de 2017.
2. OBJETIVOS
Objetivos principales de la RED, cuya asunción
será determinante para integrarse en la misma.
- Fomentar la concepción del agua como un común,
entendiéndola como un patrimonio del Planeta,
por lo que hay que asumir una visión compartida
de cooperación mutua, equitativa y solidaria del
recurso, de su calidad y de sus distintos usos,
impulsando una nueva cultura del agua en su
gestión y control democrático y en aras de la
sostenibilidad medio ambiental y social de los
distintos ecosistemas que dependen de ella.
- Implementar el derecho humano al agua en los
términos reconocidos por Naciones Unidas.
- Impulsar una gestión 100% pública de los
servicios del agua, sin ánimo de lucro,
gestionada con criterios de equidad, no
discriminación, universalidad, participación,
transparencia, acceso a la información,
rendición de cuentas y sostenibilidad técnica,
económica, social y medioambiental.
- Impulsar actuaciones para paralizar con
carácter definitivo la privatización del Canal
de Isabel II, revertiendo Canal de Isabel II
S.A. a entidad de derecho público.
- Potenciar un mayor protagonismo de los
municipios en la gestión del agua, en términos
de participación democrática y capacidad de
decisión. Igualmente, conseguir la participación
efectiva de los usuarios en la gestión de los
servicios del ciclo integral del agua.
- Detener el deterioro, apropiación y
sobreexplotación de ríos, humedales y acuíferos,
a fin de garantizar su sostenibilidad y el buen
estado ecológico de las aguas y ecosistemas
asociados, al servicio del interés general.
- Crear espacios y mecanismos de comunicación
presenciales y en red entre los propios
integrantes, con y entre los municipios y con
otras administraciones públicas con competencias
en agua, agricultura, industria y medio
ambiente.
- Facilitar el acceso a la información por parte
de la ciudadanía, así como la transparencia y
rendición de cuentas de las administraciones
titulares de los servicios como un paso
imprescindible para conseguir la gestión
democrática, compartida y responsable del ciclo
integral del agua.
- Establecer procesos de colaboración con redes
que, con los mismos objetivos que la Red, se
vayan creando en otros territorios del Estado.
3. MIEMBROS
Podrán participar como miembros de la RAPM la
ciudadanía de forma individual o como
representantes de instituciones y organizaciones
públicas y privadas, y de colectivos sociales de
la Comunidad de Madrid que asuman los objetivos
de la red indicados en el apartado anterior y se
comprometan a su cumplimiento.
4. ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO
Como estructura operativa de la RAPM se proponen
los cuatro niveles que se detallan a
continuación.
La Asamblea plenaria
Es el máximo órgano decisorio de la Red en el
cual tienen derecho a participar todos los
miembros de la RAPM.
Se reunirá con una periodicidad no superior al
año y siempre que así lo solicite un número
superior al 50% de los miembros de la RAPM.
En cada Asamblea plenaria se fijará una fecha
orientativa de la siguiente, admitiéndose una
variación temporal de más o menos un mes. La
fecha de la convocatoria, el orden del día y la
documentación sustentante de los temas a debatir
en cada Asamblea plenaria deberá estar
disponible para todos los miembros de la RAPM
con una antelación de, al menos, tres semanas.
Consecuentemente, este plazo marca la fecha
última para cualquier miembro de la RAPM de
presentación de propuestas de puntos del orden
del día y de la correspondiente documentación
sustentante.
Las decisiones se tomarán por consenso, y, en
caso de que éste no sea posible, bastará con
mayoría cualificada de dos tercios.
Comisión de coordinación
El funcionamiento y seguimiento cotidiano de la
RAPM entre dos asambleas plenarias consecutivas
se confiará a una Comisión de coordinación de
CATORCE personas elegidas democráticamente entre
sus miembros buscando, en todo caso, una
representación plural y representativa tanto a
nivel de su procedencia social y sectorial
-concejales, independientes, instituciones y
movimientos sociales-, como en lo que se refiere
a criterios territoriales.
La Comisión de coordinación será la responsable
de garantizar el funcionamiento democrático de
la RAPM, velando por que se cumplan los
objetivos estratégicos, los planes de trabajo a
corto y medio plazo y demás decisiones adoptadas
durante la asamblea plenaria de la cual haya
surgido.
La Comisión de coordinación deberá, asimismo,
potenciar y moderar la participación en la RAPM
a través de Foros y grupos de trabajo, que
constituyen una posible instancia de
participación que se detalla posteriormente.
La composición de la Comisión de coordinación se
renovará anualmente en cada Asamblea plenaria
mediante un proceso de votación abierto; en este
proceso de renovación se deberá asegurar la
transferencia de conocimiento y experiencia
entre la Comisión saliente y la entrante.
En caso de que se convoque una Asamblea
extraordinaria, la Comisión de coordinación será
la encargada de moderar y asegurar que se
cumplan las mismas condiciones exigidas para
cualquier Asamblea ordinaria.
La toma de decisiones en la Comisión de
coordinación se realizará, en todo caso, por
consenso. Por su parte, se deberá garantizar que
el funcionamiento de la Comisión de coordinación
sea tal que garantice la máxima participación de
sus miembros, bien sea mediante reuniones
presenciales o no presenciales u otras
herramientas de comunicación.
Grupos de trabajo y foros de debate
Se podrán constituir grupos de trabajo o
convocar foros de debate cuando así se decida en
una Asamblea plenaria, se proponga por la
Comisión de coordinación, o se adopte como
iniciativa de miembros de la RAPM, en función de
los temas de interés que se vayan suscitando. La
propuesta de creación, así como los objetivos
para los grupos y foros deberán estar
convenientemente justificados en el momento de
su creación, con la documentación necesaria y
disponer de las herramientas acordes con el
funcionamiento de la RAPM.
En la propuesta de creación se definirán las
herramientas para la moderación y trabajo, así
como los plazos para disponer de conclusiones,
si fuera necesario.
Se informará de la creación a los miembros de la
RAPM, con una antelación mínima antes de su
puesta en marcha de dos semanas, en el caso de
los grupos de trabajo, y de un mes, en el de los
foros, con el fin de facilitar la eventual
participación en los mismos de los integrantes
de la red.
Herramientas de participación virtual
Se proponen dos herramientas informáticas para
hacer posible la participación de los miembros
de la RAPM.
En primer lugar, una página web con todas las
funcionalidades necesarias que hagan posible la
participación, pero además que sea el
instrumento de difusión, comunicación e
incidencia de la RAPM hacia la sociedad.
Esta herramienta será la vía mediante la cual la
RAPM ejerza su vocación de transparencia y
rendición de cuentas.
La segunda herramienta es una lista de correo
abierta a los miembros de la RAPM, por la que se
socialicen las noticias, convocatorias,
problemas, y cuantos temas puedan ser de interés
común.
Se propone que la gestión de ambas herramientas
recaiga en un grupo de personas especializado,
que deberá estar debidamente fiscalizado por la
Comisión de coordinación.
ANEXO: PROPUESTA DE LÍNEAS DE ACTUACIÓN DE LA
RAM, A CORTO Y MEDIO PLAZO
Estas propuestas recogen las conclusiones del
debate que tuvo lugar en el primer foro de la
RAPM, celebrado en Rivas Vaciamadrid, en octubre
de 2017, y de posteriores reflexiones a la luz
de los acontecimientos que han tenido lugar
hasta la fecha de elaboración de esta propuesta.
Se trata de líneas de actuación, cuyo contenido
debería desarrollarse en el seno de la RAPM.
1. Impulsar un acuerdo político y social sobre
la gestión del ciclo urbano del agua en la
Comunidad de Madrid.
Que fuera apoyado por organizaciones sociales y
partidos políticos, los cuales se comprometerían
a llevarlo a cabo desde las instituciones, tras
las próximas elecciones municipales y
autonómicas. Se trataría de actualizar el
“Acuerdo por una gestión pública transparente y
participativa del ciclo urbano del agua en la
Comunidad de Madrid”, suscrito en enero de 2015
por 36 organizaciones políticas y sociales,
haciendo mayor hincapié en la correcta gestión
de los recursos hídricos y en la lucha contra el
deterioro de ríos y acuíferos, en un contexto de
sequía y cambio climático.
2. Implantar el derecho humano al agua en la
Comunidad de Madrid.
Garantizando el suministro de una dotación
mínima, cuyo valor se determinará
justificadamente, asumiendo el compromiso de no
cortar el suministro en caso de impagos
justificados social y económicamente. Se tratará
de que el mínimo vital se garantice por ley o en
su defecto mediante acuerdo de la Comunidad con
los ayuntamientos, que se trasladará al
reglamento del servicio del CYII y a la política
tarifaria a aplicar.
3. Erradicar la corrupción en el Canal de Isabel
II.
A través de diversas medidas, entre otras: a) la
personación en el procedimiento del caso Lezo de
ayuntamientos y organizaciones sociales; b) la
asunción de responsabilidades de todos aquellos
directivos del CYII y de su grupo empresarial
(Grupo Canal) que por acción u omisión han
contribuido al saqueo de la entidad; c)
estableciendo los mecanismos de control
político, administrativo y ciudadano, que eviten
en el futuro las tramas corruptas.
4. Reforma de los convenios de los ayuntamientos
con el CYII.
Los nuevos convenios firmados entre 2011 y 2013,
fundamentalmente, tenían como objetivo
consolidar la futura sociedad privatizada, por
lo que una parte de su contenido no es adecuado
para la situación actual. Además se incluyeron
cláusulas abusivas, en detrimento de los
intereses de los ayuntamientos, en las que
subyace una posición subordinada de las
entidades locales frente al CYII. Uno de los
aspectos más controvertidos es la financiación
de las infraestructuras de nueva implantación y
las obras de rehabilitación de las existentes,
que en su mayoría son sufragadas por los
usuarios a través de cuotas suplementarias,
mientras que la Comunidad Autónoma obtiene
beneficios astronómicos, no destinados al ciclo
urbano del agua, a través de los dividendos
repartidos por la sociedad anónima. Este es uno
de los puntos a poner sobre la mesa en la
negociación de unos nuevos convenios.
5. Participación de ayuntamientos y ciudadanos
en la planificación estratégica del CYII.
En noviembre de 2017, el presidente del CYII
presentó un documento denominado “Síntesis del
Plan Estratégico 2018-2030 del CYII”, que
independientemente de no estar respaldado por
documentación significativa y por la forma opaca
de su elaboración, debería ser objeto de
atención por parte de los ayuntamientos y de
ciudadanos, tanto por las novedades negativas
que introduce, como por las ausencias
existentes. (ver informe de la PCPCYII en su
página Web). El Plan debería rechazarse y sus
líneas estratégicas ser objeto de un proceso de
participación pública efectiva, donde pudieran
intervenir todos los sectores interesados de la
sociedad madrileña.
6. Impulso del proyecto de comunidades azules.
Promovido a nivel mundial por la organización
canadiense Council of Canadians, que impulsa a
las comunidades a adoptar un marco del agua como
un bien común, mediante el reconocimiento del
agua y el saneamiento como un derecho humano; la
prohibición del agua embotellada en las
instalaciones y eventos municipales; y la
promoción de la gestión pública del agua en su
ámbito municipal. En este sentido se apoyarán e
impulsarán las campañas pro-grifo y la
instalación de fuentes en los espacios públicos.
7. Por una nueva cultura del agua.
El agua es un bien común escaso y necesario para
la vida del ser humano y del planeta, por lo que
hay que apostar por una gestión democrática
orientada a garantizar el derecho humano al agua
y al uso sostenible de la misma. Las actividades
que inciden en el ciclo integral del agua tienen
un impacto determinante en los ecosistemas y sus
paisajes asociados, por lo que luchar contra el
deterioro y sobreexplotación de nuestros ríos y
acuíferos, garantizar su sostenibilidad y el
buen estado ecológico de las aguas, y respetar
un régimen de caudales ecológicos adecuado y
demás exigencias de la Directiva Marco del Agua,
deberá ser objeto de especial atención por la
RAPM. Así mismo, en el contexto actual de cambio
climático, es preciso reducir las demandas
actuales y promover políticas de ahorro mediante
la gestión de la demanda.
8. Impulsar otros enfoques relativos al agua,
como el cultural, antropológico, territorial,
educativo o lúdico.
Hay que mirar al agua de otras maneras,
considerarla como la voz de los territorios por
los que discurre, como patrimonio de nuestra
memoria y de la identidad colectiva de nuestros
pueblos, paisajes y de nuestra gente, que tiene
que ver con la vida, con la belleza, con nuestro
disfrute, nuestras costumbres y nuestro sistema
social. Solo así podremos recuperar la
consciencia de su importancia, el sentimiento de
ser agua, la emoción que produce, de entender el
agua como un común y como un derecho humano, que
tenemos el deber de cuidar y proteger. Un
aspecto importante de este nuevo enfoque es el
papel fundamental de la educación, planteándose
la creación de una Escuela del Agua, cuyo
objetivo fuera contribuir a crear una nueva
cultura del agua, que acometa actividades
colectivas ciudadanas con carácter lúdico y
educativo, para conseguir un cambio cultural
sobre el agua.