ESCASO RESULTADO DE LA ICE «EL DERECHO AL
AGUA Y AL SANEAMIENTO COMO DERECHO HUMANO. ¡EL AGUA NO ES UN BIEN COMERCIAL,
SINO UN BIEN PÚBLICO!»: SEGUIMOS LUCHANDO.
El 19 de marzo, la Comisión Europea ha resuelto mediante una Comunicación la
primera Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) presentada con éxito. Casi 1.900.000
ciudadanos de 25 países de la Unión Europea hemos levantado nuestra voz clamando
por “El derecho al agua y al saneamiento como derecho humano. ¡El agua no es un
bien comercial, sino un bien público!” y demandando al Parlamento Europeo y a la
Comisión que legisle en ese sentido.
En el debate llevado a cabo en el Parlamento Europeo, los diputados compartieron
la opinión de que el acceso al agua es un derecho humano básico. Las
discrepancias surgieron sobre la segunda parte de la iniciativa ciudadana
europea en base a la regulación en el territorio de la Unión Europea de la
exclusión de los servicios del agua del ámbito de la liberalización.
La representante del Comité de Ciudadanos que impulsó la ICE expuso en su
presentación la voluntad de los ciudadanos europeos de introducir en la agenda
de la Comisión Europea la regulación como derecho humano al agua y al
saneamiento, y su exclusión de los servicios privatizables, reiterando que son
servicios públicos esenciales para todos y que es importante que los ciudadanos
paguen precios razonables, no según las necesidades de los accionistas de las
compañías de distribución, que hoy en día, no dudan en cortar el agua de las
familias en dificultad.
Esta demanda fue apoyada por partidos de izquierda y por los verdes que
proclamaron la importancia de la entrada en el Parlamento Europeo de las
demandas ciudadanas, y propusieron la regulación como tema crucial.
Sin embargo, la alianza de partidos conservadores /neoliberales dejó muy clara su
postura; están de acuerdo en que el agua debe ser accesible y asequible para
todos, pero no quieren que se regule a nivel de la Unión Europea la exclusión de
los servicios del agua de la liberalización.
Desde las filas de la izquierda, también se habló del peligro que suponen las
negociaciones comerciales del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones
entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP), en el que se vislumbra un
recorte generalizado de los derechos fundamentales de la población y un poder de
influencia sin precedentes para las grandes corporaciones, sin contar con que
varias de las regulaciones previstas son contrarias al Pacto Internacional de
los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y la posible repercusión
negativa de este tratado sobre las mínimas reglas de seguridad alimentaria
afectan directamente a los consumidores, causando problemas de salud.
En su Comunicación de 19 de marzo la Comisión ha sido tibia: expresa su
satisfacción por la movilización popular en apoyo al acceso al agua potable y
segura, y al saneamiento; mantiene su compromiso de continuar con sus políticas
de mejoras al cumplimiento de este derecho humano mediante la adopción de
medidas para mejorar la normativa de calidad del agua, la transparencia de la
gestión y el apoyo y defensa del derecho universal, pero permanecerá neutral en
cuanto a las opciones legislativas de las autoridades nacionales, regionales y
locales. En conclusión: ha oído la voz de los ciudadanos pero no los ha
escuchado; no se ha atrevido a legislar en la Unión Europea para que este
servicio esencial permanezca en manos públicas.
Como era de esperar, se ha impuesto la mayoría conservadora que, conforme a su
ideología neoliberal en defensa de los intereses de las grandes empresas del
agua y aceptando las presiones de los lobbys empresariales y de la Troika, se ha
negado a atender la demanda ciudadana que reclama que el agua es un derecho
humano, no una mercancía.
Hacemos un llamamiento a reflexionar y tenerlo en cuenta en nuestra decisión a
la hora de emitir o no nuestro voto en la próxima convocatoria electoral europea
y a continuar con nuestras movilizaciones.
Marea Azul (abril 2014).